Seguramente alguna vez te has preguntado por qué existen cremas que son para el día, y otras para la noche, y qué diferencias hay entre ambas...
Esto es, porque la piel tiene distintas funciones y necesidades de día que de noche.
De día:
La función principal de la piel de día es defenderse de las agresiones medioambientales: radiación UV, contaminación, humos, tabaco…etc., ya que generan radicales libres y causan un envejecimiento prematuro en nuestra piel.
Para luchar contra todo esto, la piel necesita estar bien hidratada, y contar con antioxidantes y filtros solares que le aporten una buena barrera de protección.
De noche:
Por la noche la piel no está expuesta a radiaciones UV, humos, polución… ya no necesita defenderse, ahora sus funciones son repararse de los daños sufridos y regenerarse. También es cuando más receptiva está a cualquier tratamiento.
Por la noche la piel necesita cremas que le ayuden a realizar esos importantes procesos de regeneración y reparación y así luchar contra el envejecimiento.
Las cremas de noche no son aconsejables para el día porque no protegen de las agresiones medioambientales.
Las cremas de día que lleven filtros solares no son aconsejables para la noche porque los filtros asfixian la piel (como si te acostaras maquillada) y evitan que penetren los activos perdiendo eficacia.